¿Cómo me deshago de esta inseguridad?

¿Eres una persona Insegura?

La IN-SEGURIDAD, como la propia palabra dice, “no me siento seguro”, “estoy en peligro”, en este caso a nivel emocional. Puede ser que no me acepten, no lo haga bien, haga el ridículo, algo esté mal en mí, en mi físico o en mis habilidades, no sea suficiente, falle a las expectativas de otros sobre mí, o la percepción de que ellos son más capaces, habilidosos o aceptables socialmente en cualquiera de los niveles.

La mayoría de los seres humanos se sienten inseguros en alguna situación, la presión a la que nos exponemos y exponemos a los otros es demoledora, por lo que las personas con baja habilidad social o autoestima es más vulnerable a sentirse inseguro.

Nuestras experiencias vitales ayudan a que nos compongamos una imagen sobre nosotros mismos, si dentro de esas experiencias vitales hemos sufrido, sentido rechazo, o sido ridiculizados, tenderemos a sentirnos inseguros en las próximas experiencias.

Además, la sensación de seguridad, confort y amor complejo con los que nos han regado en nuestros hogares desde la infancia, hace que, como plantas, crezcamos con más firmeza y seguridad o menos, y nos veremos con fortaleza para enfrentarnos a las adversidades.

Ahora bien, si mi macetero no fue seguro, y yo soy una planta insegura, ¿ya no tengo más remedio que conformarme?, la buena noticia es que no, tú mismo eres capaz de regar tu maceta, cambiarle la tierra, ponerla al sol, mimarla y ponerle un macetero.

Podemos cambiar esos patrones de aprendizaje erróneos y limitantes por otros reales, si, reales, porque contar con una autoestima sana, y ser una persona segura de sí misma, significa entre otras cosas, y, sobre todo, que aceptas, ves y corriges en la medida que se puede, tus errores o debilidades, haciéndote de esta manera invencible, puesto que, ¿Quién va a hacerte daño si no hay herida que tocar? Porque solo pueden tocarte, ahí donde tú te sientes vulnerable, y permites el daño. Está comprobado que las personas hacemos visibles hacia los demás nuestras vulnerabilidades continuamente, aunque creamos que estamos protegiéndolas como un gran secreto, no hay nada que el lenguaje no verbal no exprese, y de manera inconsciente totalmente estamos vendiéndonos.

Pongamos un ejemplo, una de las cosas que más afecta al ser humano es hacer el ridículo, pues bien, imagina que entras en un bar, abarrotado de gente, y en mitad del salón, resbalas y caes al suelo.

Desde esa incómoda postura tienes dos opciones;

  • Avergonzarte de ti mismo, juzgarte como el peor de los jueces, hacer de lector de mentes e imaginar frases horribles hacia tu persona escritas en la frente de los observadores. Huir, correr, llorar, bajar la cabeza…

  • Ponerle humor a la situación, pensar en cuantos de los presentes habrán vivido esa situación alguna vez, es algo minúsculo a lo largo de tu vida llena de experiencias de todo tipo y color, que como persona que vive, comete torpezas, y tienen un punto divertido, reírte, levantarte con amor hacia ti mismo, cuidarte y sonreír.

Si has podido imaginar estas dos situaciones, también podrás imaginar las reacciones de los demás y en cuál de las dos opciones serás más vulnerable. Tú decides si esa experiencia te sirve para fortalecerte o para hacerte más vulnerable.

En el cuadro superior puedes ver de manera gráfica como se forma la imagen sobre uno mismo según la lectura de las situaciones, es una rueda infinita que solo puedes para tu mismo.

No dudes en entrenarte para valorarte objetivamente en tu plenitud, muéstrale al mundo la maravilla que eres, muéstrale al mundo que puedes fallar, caerte, errar, pero que siempre serás tú, una persona con valor, que valora a otras de la misma manera que a sí mismo, permítele al mundo disfrutarte.

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